Día del Trabajador

El mandato de la historia

La conmemoración del 1º de mayo simboliza la permanente necesidad de los trabajadores de unirse para conquistar más y mejores derechos. A la vez, constituye un mandato originado en lo más hondo de nuestra historia para afrontar los desafíos del presente.

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A fines del siglo XIX la clase trabajadora pugnaba en todo el mundo por instaurar la jornada limitada de 8 horas. Eran tiempos en que los trabajadores -hombres, mujeres y niños- padecían interminables jornadas de trabajo de hasta 16 horas diarias y las muertes por accidentes de trabajo se contaban por miles.

La gran huelga de Chicago del 1º de mayo de 1886 por la jornada de 8 horas es ahogada en sangre, y en recuerdo de esos mártires en 1890 se organiza la primera jornada internacional de la clase trabajadora alrededor de una misma consigna.

La lucha por la jornada limitada de trabajo marcó a fuego la historia de la clase trabajadora hasta nuestros días, incorporando al ADN de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo la convicción de que no es posible arrancarle derechos al poder sin la organización colectiva de la clase a través de asambleas, cuerpos de delegados, sindicatos y centrales sindicales.

Para los trabajadores judiciales bonaerenses, honrar el mandato de los que nos precedieron significa garantizar para nuestros hijos mejores condiciones de vida que las que recibimos de nuestros padres. Esto implica asumir un compromiso en la lucha por eliminar la pobreza, la indigencia y la marginación que sufre una parte importante de nuestro pueblo.

Por su parte, a los objetivos históricos propios de los judiciales tales como la recuperación de la porcentualidad salarial, el enganche nacional y la discusión de un convenio colectivo se suman nuevos desafíos: enfrentar la extensión de la jornada, la violencia laboral, las pasantías truchas y la tercerización del servicio de limpieza, defender el derecho a la carrera y eliminar el impuesto a las ganancias y los topes a las asignaciones familiares.

Para estar a la altura de estos desafíos, quizás sea oportuno echar una nueva mirada a esos luchadores de hace siglo y medio, quienes aun cuando la huelga era considerada un delito que se pagaba con la cárcel o la propia vida, fueron capaces de reconocerse y abrazarse en defensa de su dignidad.

Desde la AJB queremos hacer llegar en este día un saludo fraterno a todos los trabajadores, con quienes compartimos un pasado y un destino común.

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