Mientras que la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, promueven la lactancia materna exclusiva hasta los seis primeros meses de vida y continuarla junto con alimentos complementarios adecuados hasta los dos años; diferentes encuestas revelan que una vez terminada la licencia por lactancia la mayoría de las trabajadoras dejan de ejercer este derecho porque la licencia no es lo suficientemente amplia, no cuentan con instalaciones adecuadas y/o por presiones laborales.
En tal sentido, desde la Secretaría bregamos para que las mujeres no se vean obligadas a suspender la lactancia a través de la presentación de un proyecto que prevé la extensión de la licencia, la utilización del horario de acuerdo a las necesidades de cada familia, la creación de salas de lactancia y la regulación de este derecho a través de normas “neutras” que afecten por igual a hombres y mujeres , no sólo para conseguir la igualdad de oportunidades en el trabajo, sino conseguir también una distribución más justa entre hombres y mujeres de sus responsabilidades familiares, haciendo compatible el trabajo con el cuidado de la familia.
En esta primera instancia celebramos la creación de lactarios que evitan que nuestras compañeras se extraigan leche en los baños públicos y permiten la recolección , almacenamiento y el transporte al hogar de la leche extraída, permitiendo la alimentación posterior por parte del cuidador o cuidadora; siempre preservando la dignidad y la intimidad de la trabajadora lactante.