Hay noticias que por lo increíbles e insólitas, merecen un tiempo de reflexión, para después expedirse sobre la razonabilidad de los hechos contenidos en dicha noticia.
Tal es la referida a la tarea que se ha tomado la Cámara de Industria y Comercio de Dolores, que no ha tenido mejor idea-a falta de otras, por lo visto- de crear un registro de “trabajadores conflictivos” con la finalidad según parece de ponerlo a disposición de los comerciantes para que “puedan elegir mejor a la hora de tomar un empleado”.
El fundamento avanza-es una manera de decir- planteando que de esa manera se busca terminar con la “industria del juicio” y lograr la “trazabilidad laboral”. Sin especificar en qué consiste todo esto.
Pero además, dicho registro estaría conformado por personas que se han ido de su trabajo de manera conflictiva, según ellos, que hayan hecho un juicio laboral y que por lo tanto son “trabajadores conflictivos”. Todo esto sin el más mínimo pudor.
Los dirigentes de la mencionada Cámara en su infinita mediocridad, incurren en deformaciones de concepto y de lectura de la realidad, realmente increíbles.
Una persona que se va de un trabajo como dicen de manera conflictiva, y encima haciendo un juicio, es porque hubo fallas en la conformación de una organización de trabajo, eficiente, rentable, tanto para el comerciante como para el empleado, y eso es responsabilidad del empleador.
Pero también si tuvo que irse de esa forma, es porque quien dirige esa organización de trabajo, el comerciante, no supo, crear las condiciones de eficacia y encima de ello derivó las culpas al empleado.
Es muy común en el ámbito comercial, adjudicar al trabajador, determinados vicios, como no querer trabajar, faltar mucho, y otros, para justificar su incompetencia como empresarios, incluso algunos para encubrir un despido arbitrario han llegado a denunciar penalmente al empleado por supuestas sustracciones, que nunca llegaron a probarse, con la carga de sufrimiento para el trabajador y su familia, por ser detenido, procesado, e imputado por un delito que no cometió, además por supuesto de quedarse sin trabajo.
¿Qué pasaría, si de todos ellos hacemos un registro?
¿Podríamos también hacer un registro de todos los que tienen empleados en negro, no pagan los sueldos en tiempo y forma, y encima son maltratadores consuetudinarios? Como si no los conociéramos en Dolores.
Es de sentido común que una Cámara está para resguardar, los intereses de sus asociados, pero si no es mucho pedir, debiera hacerlo con un poco más de estatura, y apuntar a aquellas cuestiones que hacen al fondo de los intereses de los asociados.
Hacer un registro es una medida menesterosa, porque todo empleado por dócil que sea, a la larga o a la corta se va a rebelar, frente a los pagos impuntuales, o condiciones de trabajo inaceptables, por decir lo más leve.
Entonces, a todas luces, esta medida es inaceptable, incluso para los mismos comerciantes, mucho más para los trabajadores y mucho más aún para la sociedad, que espera de este sector fuentes de trabajo eficientes y rentables para todos, pero sobre todo para una sociedad, que espera que sus instituciones, sean parte de la solución, no parte del problema.
Merece el repudio de las organizaciones sindicales, y de toda la sociedad y el llamado a la reflexión de la dirigencia de esa Cámara de no proseguir ni abierta ni solapadamente en esta medida.
Carlos E. Manzo
Secretario General
CTA Dolores