El próximo miércoles el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Azul dará a conocer la sentencia a Omar Rojas, acusado de privación de la libertad y abuso sexual. Desde la AJB se espera una sentencia condenatoria para el ex secretario general de la Departamental Azul e integrante de la conducción a nivel provincial, expulsado de la organización gremial luego de que se conocieran las acusaciones en su contra.
El gremio realizó un pedido formal para presenciar la lectura del veredicto que se conocerá en las próximas horas, pero este fue rechazado por el Tribunal alegando la existencia de un acuerdo de partes para evitar ese acto presencial y ser notificadas en su domicilio. “Desde la AJB cuestionamos la decisión del Tribunal de no celebrar audiencia pública de lectura de sentencia ya que esto es contrario al principio de publicidad, que es de orden público”, denunció Débora Bertone, secretaria de Géneros de la AJB.
Otra particularidad del caso, también cuestionada por la organización sindical, es que Omar Rojas llega al final del juicio en libertad y con el beneficio de la jubilación que le otorgó la Suprema Corte provincial.
El accionar del sindicato
Si bien ninguna organización sindical está exenta de contar con machistas, violentos y abusadores entre sus filas, las acciones que se llevan a cabo para sensibilizar, capacitar, prevenir, eliminar y sancionar la violencia machista son las que marcan la diferencia. Este es el caso de la sanción a Omar Rojas.
A partir de haber tomado conocimiento de los hechos que se le imputaban, la Comisión Directiva Provincial lejos de desentenderse, se involucró y lo licenció compulsivamente de su cargo. Además solicitó asesoramiento al Área de Género de la Defensoría del Pueblo, a cargo de Laurana Malacalza, cuyo informe derivó en la presentación del sindicato en el expediente a través de la abogada Marta Vedio.
Analizadas las constancias obrantes en la causa, en especial las conclusiones de la pericia psicólogica -para lo que fue convocada la especialista en violencia de género Yanina Del Giorgio-, el Comité de Disciplina Gremial recomendó al Congreso de la AJB la expulsión de Omar Rojas por “haber incurrido en actos susceptibles de acarrear graves perjuicios a la asociación sindical o haber provocado desórdenes graves en su seno”. Luego de un intenso debate, esta resolución fue aprobada por amplia mayoría, convirtiéndose en un hecho inédito para el sindicalismo nacional.
“Esta definición fue el resultado de una posición muy firme en relación a las cuestiones de género impulsada por la conducción del sindicato y en particular por la secretaría de géneros, ya que el principal obstáculo dentro de la organización era la posición de algunes que se oponían a la sanción utilizando de excusa el principio de inocencia. Como si una sentencia a la cual se arriba cinco años después pudiera reparar el hecho de que el victimario de una mujer fuera representante de las y los trabajadores judiciales. Nuestra decisión tenía que ver con la conducta que debe tener cualquier representante de las y los trabajadores”, explicó Bertone.
Más allá del veredicto, la AJB dio un paso decisivo en el caso Rojas, ya que no solo fue licenciado, luego suspendido y finalmente expulsado, sino que el gremio siempre tuvo en cuenta la veracidad del relato de la víctima y su especial situación de vulnerabilidad.
“Este caso no tiene precedentes, ya que cuando ocurren estas situaciones de violencia de género lo habitual es que se aplique una suspensión de 60 días en las funciones, realizar un curso para deconstruir el machismo y posteriormente ´premiar´ al acusado con algún cargo”, explicó Celia Lorente, secretaria de Géneros de la AJB al momento de la expulsión de Rojas.
Y agregó: “Esperamos que el Poder Judicial reconozca el derecho de la víctima a vivir una vida sin violencias, a no ser humillada, maltratada, acosada ni abusada y que condene al acusado con la pena correspondiente”.
En el mismo sentido, el secretario General de la Departamental Azul, Diego González, expresó: “Esperamos que la justicia resuelva con perspectiva de género y que este caso sirva de ejemplo para el resto de las instituciones. La expulsión de Rojas es la consecuencia de un accionar coherente del sindicato que no solo impulsa una política de género hacia el afuera, sino que la aplica también hacia el interior de la organización”.
Por último, Débora Bertone, manifestó que “este tipo de situaciones explícitas no es tan habitual, sin embargo todos los días estamos expuestas a la violencia simbólica y política en el quehacer cotidiano de los sindicatos y es nuestra obligación como organización gremial reconocerla y revertirla.”