60 años de lucha

 

La fusión en agosto de 1959 del sindicato Unión Judicial Bonaerense y la entidad civil Asociación Poder Judicial sentaron las bases para que pocos meses después, el 3 de junio de 1960, se constituyera formalmente la Asociación Judicial Bonaerense. Es el salto de calidad, la cristalización de los ensayos de organización gremial de las y los trabajadores judiciales bonaerenses llevados a cabo durante las décadas previas.

Esa decisión fundante abrió el camino de una construcción gremial que, con profundos debates, avances y retrocesos, constituye un nuevo modelo de organización sindical del que por varios motivos debemos estar profundamente orgullosos y orgullosas.

Un modelo gremial que, partiendo de la identidad de clase trabajadora entiende que empleadores y trabajadores tenemos intereses contrapuestos, y que por tanto la plena independencia de los gobiernos y los partidos políticos es condición de posibilidad para defender en serio los intereses de las y los trabajadores judiciales.

Un gremio donde quienes efectivamente toman las decisiones relevantes son las y los trabajadores en asambleas y congresos plurales y democráticos. Un sindicato donde las y los dirigentes viven exclusivamente del salario judicial y en el que los recursos gremiales se utilizan para fortalecer la organización sindical y para el cuidado de la salud y el bienestar de las y los afiliados.

Con estas premisas la AJB pudo alcanzar sus principales conquistas y continúa la pelea por la defensa del salario, la mejora en las condiciones laborales, la recuperación del sistema de porcentualidad salarial, la discusión de un convenio colectivo de trabajo, la defensa del IPS y la recuperación del IOMA.

También nuestra historia demostró que esa independencia de los gobiernos no es sinónimo de sectarismo ni corporativismo. La AJB, a lo largo de estas seis décadas fue protagonista de todas y cada una de las iniciativas para construir un movimiento sindical fuerte y democrático para dar la pelea por una sociedad de iguales: ya sea consolidando la Federación Judicial Argentina, adhiriendo al Programa de Huerta Grande, integrando la CGT de los Argentinos y más tarde apostando a la construcción de la CTA.

Así, entendimos que no era posible construir una democracia plena sobre la base del olvido y la impunidad, y fuimos actores protagónicos del movimiento por memoria, verdad y justicia para el castigo de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. En ese camino, abrimos las puertas del sindicato para abrazar a los ex combatientes de Malvinas que habían sido abandonados por el Estado.

En la misma senda, comprendimos que el camino hacia una sociedad justa y democrática tampoco podía transitarse con un Poder Judicial elitista, patriarcal, autoritario y de espaldas a las necesidades del pueblo. Así, pregonamos la necesidad de democratizar el sistema judicial pensando un nuevo sistema de selección de magistrados, con procedimientos transparentes y con participación popular y de las y los trabajadores judiciales. También democratizando las relaciones laborales a su interior, a través de la negociación colectiva.

Como parte esencial de nuestra historia, a partir de la visión y el esfuerzo de compañeras que fueron precursoras en ese movimiento, sostuvimos y hoy profundizamos la pelea por la igualdad de géneros, enfrentando las violencias contra mujeres y disidencias, y reclamando la transformación hacia un Poder Judicial con perspectiva de género.

Al celebrarse los 50 años de su fundación, se caracterizaba a la AJB como un sindicato construido “de cara a las y los trabajadores y al calor de sus luchas”. Diez años después, esa idea se vuelve más actual y necesaria que nunca. Orgullosos y orgullosas de formar parte de esta historia, asumimos la tarea de honrarla en cada decisión que tomamos y en el compromiso de fortalecer la organización gremial que nos legaron.

Comisión Directiva Provincial