Día del Trabajador Social

 

Por Alberto Agote*

La Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social dispuso en el año 2012 que el día del Trabajador/ra Social se celebre en Argentina el día 10 de diciembre, en coincidencia con el Día Internacional de los Derechos Humanos y, agrego yo, con la fecha en que se recuperó el orden constitucional en 1983. Dos hechos que constituyen un claro posicionamiento político de nuestra profesión cuya consolidación está ligada a la continuidad y fortalecimiento de la democracia en nuestro país, con la sanción de leyes profesionales a nivel provincial y nacional que devinieron en la constitución de colegios y asociaciones de segundo y tercer grado; el permanente crecimiento de las instituciones de formación y la cantidad de estudiantes y egresados.

El campo jurídico ha tenido una especial relevancia en el desarrollo del trabajo social. En el año 1941 se creó la Escuela Argentina de Asistentes de Menores y Asistentes Penales dependiente del Patronato de Recluidas y Liberadas, que a partir de 1945 se llamaría Escuela Argentina de Asistentes Sociales pasando a depender de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires.  Esta fue la segunda casa de estudios creada en el país.

Mucho hemos avanzado como disciplina desde los primeros “visitadores” que ingresaron al Poder Judicial de la provincia con el propósito de extender la mano de la Justicia hasta los hogares de los justiciables. Visitadores que fungían como “los ojos del Juez” y constataban el abandono moral y/o material que justificaba el Patronato del Estado. En la actualidad el trabajador social diagnostica sin intención estigmatizante, contextualizando la vulneración de derechos que padecen los justiciables, señalando las omisiones y/o ausencias del Estado que por negligencia o complicidad no ha logrado prevenirla, observando debilidades y fortalezas, recursos y potencialidades de la persona, su grupo familiar y contexto social, proponiendo los caminos para reparar esta situación, en la inteligencia que es deber del Estado, y por ende del Poder Judicial como uno de los tres poderes de la República,  garantizar la vigencia de los derechos humanos fundamentales.

También hemos desarrollado, creo yo, una clara conciencia de que la creciente profesionalización de nuestra disciplina no implica dejar de reconocernos como lo que somos, trabajadores. Y bien sabemos por nuestra formación de la necesidad de agruparnos, crear lazos de solidaridad entre pares, y buscar en conjunto los caminos para el goce pleno de nuestros derechos. Es por eso que cada vez más asisten a las actividades de la Comisión de Peritos, se afilian a nuestro sindicato y algunos de ellos ocupan hoy responsabilidades de conducción en la Asociación. Por todo ello y por mucha más unidad y participación, un gran abrazo en nuestro día a todo/as los/as Asistentes y Trabajadores/as sociales que integran el Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires.

(*) AJB – Secretario Adjunto, Departamental Mar del Plata