Federación Judicial Argentina

30 años de democracia

Los trabajadores judiciales estamos especialmente felices y orgullosos de celebrar estos treinta años de democracia.

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Primero porque estuvimos en la resistencia a la dictadura cívico militar y dimos batalla contra ese régimen como en la recordada jornada del 30 de marzo de 1982, en la cual confluimos con miles de argentinos en una protesta masiva que marcó un punto culminante de acumulación de fuerzas.

Segundo porque a partir del 10 de diciembre de 1983 contribuimos con todos nuestros esfuerzos por consolidar la incipiente transición que se inauguraba y, en consecuencia, nos sentimos constructores junto a la mayoría de la ciudadanía de nuestro país de este proceso que, con sus claros y oscuros, tiene, sin duda, bases muy distintas a la de aquella época nefasta inaugurada con el último golpe de Estado.

La recuperación del Estado de Derecho, el retorno al funcionamiento de las instituciones constitucionales, la apertura de procesos judiciales en los que se sentó en el banquillo de los acusados a los principales responsables del genocidio, la recuperación de importantes libertades conculcadas durante la dictadura cívico militar, son algunas de las cuestiones que se erigen como conquistas decisivas de estos años.

Los que padecimos la dictadura y los que no, por ser más jóvenes, fuimos conociendo después aquello que había ocurrido, sabemos todos el valor de esas conquistas que pretendemos irreversibles.

Pero son parte también de estos treinta años el retorno de la impunidad de los genocidas en diversos períodos (no podemos olvidar que fue la “democracia” la que dictó leyes de obediencia debida y punto final, y otorgó decretos de indultos a los máximos criminales del Proceso), los procesos inflacionarios e hiperinflacionarios que deterioran el nivel de vida de los argentinos, el neoliberalismo y las privatizaciones que acabaron con buena parte del patrimonio nacional, las muertes por gatillo fácil y las cárceles convertidas en campos donde se concentranon la crisis y la guerra social, las reformas retrógradas del sistema judicial, la precarización laboral y la pérdida de derechos laborales, entre tantos aspectos negativos.

Queremos decir con esto que, aunque nada puede empañar la celebración de este aniversario, sabemos que no estamos festejando algo que haya sido solamente positivo. Celebramos un camino complejo, no sin fuertes contradicciones, pero en el que debe predominar la idea de profundizar la democracia y las bases de una convivencia pacífica, solidaria, digna e independiente entre los argentinos.

Los hechos que hoy mismo empañan esta celebración –los levantamientos policiales, los saqueos, las penurias económicas y sociales que padecen todavía muchos de nuestros compatriotas y las tantos problemas irresueltos- son una demostración palpable de que lo que empezó hace treinta años en un proceso complejo, que todavía debe perseguir mayores logros, porque la verdadera democracia es la que se asienta en la justicia social, en la igualdad profunda entre los argentinos, en los mecanismos de decisión verdaderamente participativos. Por eso los judiciales festejaremos de la mejor manera que podemos hacerlo y como sabemos hacerlo, en lucha, acompañando cada reclamo justo, apoyando cada solución real a los problemas reales, y construyendo más y más democracia.

Y en ese camino los judiciales aportaremos desde la primera trinchera, empezando por defender nuestros derechos y avanzar en la conquista de un convenio colectivo para todos los trabajadores de la justicia, la consagración definitiva del derecho a la negociación colectiva, la porcentualidad, condiciones dignas de trabajo, para nosotros y para todos los trabajadores, por una infancia feliz y una juventud con futuro, en un país democrático con una justicia verdaderamente democrática.

Carlos Ordoñez – Secretario General
Víctor Mendibil – Co-secretario General
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