Acuerdo 4093
FORMACIÓN CONTINUA EN EL PODER JUDICIAL.
EL NUEVO PARADIGMA
El reconocimiento a la trayectoria judicial requiere la capacitación constante por parte de trabajadores y trabajadoras judiciales y es uno de los pilares que permiten garantizar derechos.
Acuerdo 4093
FORMACIÓN CONTINUA EN EL PODER JUDICIAL.
EL NUEVO PARADIGMA
El reconocimiento a la trayectoria judicial requiere la capacitación constante por parte de trabajadores y trabajadoras judiciales y es uno de los pilares que permiten garantizar derechos.
Desde la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, hemos asumido el compromiso de promover la capacitación permanente como una herramienta clave para fortalecer ese paradigma de vinculación con la ciudadanía, mejorar nuestras prácticas diarias y estar acordes con los mandatos normativos que regulan nuestro actuar.
En mis gestiones tanto como presidente de la Suprema Corte, como del Consejo de la Magistratura, impulsé cuatro contenidos esenciales de aprendizaje: el lenguaje claro, la perspectiva de género, los nuevos paradigmas de protección ambiental y la transversalidad de los derechos humanos. La capacitación es el puente que conecta estos principios con la práctica cotidiana del derecho. Para abordar la igualdad de género, primero debemos entender las estructuras de discriminación que persisten en nuestra sociedad. Es inviable garantizar la protección del ambiente si desconocemos los principios que rigen la sustentabilidad y la justicia intergeneracional. Será el lenguaje claro la herramienta para vincularnos de forma eficiente con la ciudadanía, ya que de lo contrario, seguiremos siendo percibidos como inaccesibles y burocráticos. Finalmente, para hablar de la transversalidad de los derechos humanos debemos entender cuáles son los derechos fundamentales de cada persona que deben ser respetados, promovidos y protegidos al amparo de la Constitución Nacional y los tratados internacionales.
El acceso a la justicia, la protección de los derechos humanos y la democracia no son conceptos abstractos; son realidades que debemos garantizar día a día. La Constitución Nacional, en su artículo 75 inciso 22, otorga jerarquía constitucional a los tratados internacionales de derechos humanos que destacan la obligación de los Estados de garantizar la educación y capacitación en materia de derechos fundamentales. Asimismo, la Constitución de la Provincia de Buenos Aires enfatiza en su artículo 36 la promoción de valores democráticos y el respeto por los derechos humanos, premisas que sólo pueden alcanzarse con un Poder Judicial debidamente preparado. La Ley Micaela y la Ley Yolanda son claros ejemplos de cómo la formación puede y debe transformar nuestras prácticas y contribuir al cambio cultural necesario para erradicar la violencia y promover un desarrollo sostenible.
Desde el Instituto de Estudios Judiciales, hemos diseñado cursos que no sólo cumplen con los requisitos normativos, sino que también buscan inspirar a nuestros agentes judiciales a adoptar un rol proactivo y comprometido. Los programas abarcan desde herramientas informáticas hasta profundizaciones en derecho ambiental y género, construyendo un sistema de formación integral y accesible.
El Acuerdo 4093 de nuestra Suprema Corte establece un sistema de subcategorías que reconocen la trayectoria judicial y promueven la formación continua como requisito para acceder y mantener esos beneficios. En este contexto, la Resolución de Presidencia 290/24 aprueba un programa de capacitación judicial que refleja nuestro compromiso con los valores constitucionales y convencionales que orientan el desempeño del Poder Judicial.
El sistema exige la acreditación de 18 horas anuales de capacitación, que deben ser cumplidas dentro del período comprendido entre el 15 de marzo de cada año y el 15 de marzo del siguiente, ofreciendo flexibilidad en la elección de cursos adaptados a las necesidades e intereses de cada integrante, lo que facilita su cumplimiento y fomenta el aprendizaje continuo. Este amplio plazo brinda una oportunidad para que magistrados, funcionarios y empleados fortalezcan sus conocimientos en diversas áreas, en un formato que brinda opciones no solo respecto a su contenido sino también a su modalidad, ofreciendo cursos sincrónicos y asincrónicos, adaptándose a las necesidades de cada uno.
La capacitación es una oportunidad invaluable para potenciar el crecimiento personal y colectivo. Es la llave que abre puertas hacia una justicia más inclusiva, eficiente y humana. Quiero invitar a todos los integrantes del Poder Judicial a ser parte activa de este proceso. Cumplir con las horas anuales de capacitación es una puerta abierta para crecer como profesionales, enriquecer nuestra perspectiva y contribuir activamente a un sistema judicial más robusto y humano.
Recordemos que el éxito de este sistema de capacitación radica en el compromiso de cada uno de nosotros. Desde el Instituto de Estudios Judiciales seguiremos trabajando para ofrecer programas de calidad que respondan a las demandas de un mundo en constante cambio. El camino hacia una justicia más accesible, igualitaria y sostenible comienza con nuestra voluntad de aprender y adaptarnos.
Aprovechemos esta herramienta para seguir construyendo un Poder Judicial que sea motivo de orgullo para nuestra Provincia y un ejemplo para todo el país.